26 de mayo de 2025
Dr. Manuel Suárez Gutiérrez
Confieso que durante mucho tiempo pensé que con tener mi perfil en la página institucional y un currículum en PDF era más que suficiente. Total, ¿quién más podría estar interesado en saber qué clase impartí hace cinco años o en qué revista publiqué aquel artículo sobre políticas públicas? Pero la verdad es que me equivocaba.
Tener un sitio web personal no es un lujo ni una moda pasajera. Es, más bien, una forma de tomar las riendas de nuestra trayectoria académica y contarla con nuestras propias palabras.
Un sitio web no es solo un almacenador o contenedor de logros, ni es lo mismo que un curriculum. Es una especie de diario, una vitrina en donde podemos mostrar lo que hacemos, lo que pensamos y lo que nos mueve. Sirve para compartir nuestras líneas de investigación, nuestras publicaciones, proyectos, colaboraciones, e incluso esas reflexiones que no siempre caben en una ponencia ni en una ficha de evaluación.
Y es que, cuando alguien quiere saber más sobre nosotros, por ejemplo, un evaluador, un posible colaborador, una o un estudiante curioso, que es lo primero que hace… ¿a dónde va primero? exacto: a Google, o a un buscador en Internet. Tener un sitio propio es como ofrecerle a esa persona que te está buscando una silla, un café y una conversación sobre lo que hacemos.
En la actualidad, los académicos e investigadores vivimos rodeados de plataformas digitales en Internet, tales como: LinkedIn, ResearchGate, Google Scholar, OJS, ORCID…, pero nada de eso te pertenece del todo. Contar con un sitio web personal, en cambio, totalmente tuyo, aquí tenemos el control de todo, sin algoritmos que te oculten ni formatos rígidos que te limiten. Puedes decidir cómo se ve, qué se muestra y cómo se cuenta tu historia profesional.
Además, en estos espacios, puedes integrarlo con herramientas como Google Calendar para difundir eventos, Glide para visualizar datos, o Canva para enriquecerlo con infografías. Y lo mejor: puedes actualizarlo fácilmente desde cualquier parte, sin depender de nadie.
¿Por dónde empezar?
Para crear un sitio web de índole académica como este, no se necesita ser un experto o programador. Plataformas como Google Sites, WordPress o Wix, entre muchas otras opciones que tenemos en Internet, permiten crear sitios elegantes y funcionales con algunos clics. Lo importante es contar con la información organizada de lo que deseamos publicar y de ahí empezar con lo básico:
Una breve biografía (con tu toque personal)
Tus líneas de investigación
Tus publicaciones más relevantes
Actividades recientes (clases, congresos, seminarios)
Una forma de contacto
Y si queremos dar un paso extra, podemos incluir una sección de blog (como esta publicación), en donde puedas compartir ideas, dudas, hallazgos o incluso herramientas que te han facilitado el trabajo académico, o simplemente un espacio en donde pueda uno expresar libremente sus ideas.
En resumen...
Tener un sitio web personal no es solo visibilidad, es presencia, identidad y memoria. Es también una forma sutil de decir: “Esto es lo que hago y esto es lo que me importa”.
Y tú, ¿ya tienes el tuyo?